Vuelta a la rutina.
Las vacaciones se acaban, llega septiembre y con él la depresión post-vacacional, aunque espero que no sea tu caso.
Como te comentaba en Instagram, septiembre es un mes que me gusta. Esa sensación de vuelta a la calma, de nuevos comienzos y olor a libros nuevos… ¡me encanta!
Para ponerte en situación debes saber que este 2018 está siendo un año muy especial para mí y como consecuencia de ello mis vacaciones también. El verano pasado ya comenzó a fraguarse lo que hoy es mi marca personal Lidia Luna.
Desde entonces no he parado de trabajar en mi propio proyecto, de formarme y rodearme de los mejores profesionales. Como fruto de todo ello, a finales de enero de 2018 vio la luz esta nueva web.
Por eso, mis vacaciones de este año han sido un tanto peculiares.
¿Desconectar en vacaciones?
Soy una firme defensora de desconectar por completo en vacaciones y también los fines de semana. Olvidar el teléfono, no mirar el correo y despreocuparse del reloj.
La verdad, es que este verano me ha sido imposible desconectar al 100%. Y después de lo que te acabo de decir te preguntarás ¿por qué? Pues porque sigo teniendo tareas pendientes y cosas que trabajar de mi marca personal.
Esto parece que sea la historia de nunca acabar, y puede que sea verdad. Hay que estar siempre al día y no dormirse en los laureles (y yo en los primeros meses de mi marca me dormí un poco). Como consejo te digo que no descuides tu marca. Cuídala con el mismo mimo y dedicación que le das a tus clientes.
Vacaciones con la familia.
Este año mis vacaciones de verano las he pasado con la familia. Dos semanas disfrutando juntos de la playa, barbacoas, juegos de mesa y cenitas en restaurantes. ¿No está nada mal, verdad? También hay que decir que me he dormido mis buenas siestas, para qué te voy a mentir, pero el problema ha sido que no he conseguido desconectar del todo del trabajo.
He estado currando todas las mañanitas, he madrugado y he sacrificado parte de mis vacaciones. Ha sido toda una aventura ya que trabajar fuera de mi espacio, de mi despachito como yo lo llamo, no ha sido lo mismo. En él me concentro mejor y estoy más cómoda. Cuando pasas unos días en familia por mucho que quieras concentrarte siempre hay algo que te distrae, qué le vamos a hacer.
Realmente no me puedo quejar, lo he pasado muy bien. Ya desconectaré en mis próximas vacaciones a finales de año, no me queda otra, en el súper viaje que estamos preparando. Por supuesto mis queridos novios Playmobil vendrán conmigo a conocer mundo. Así que prepárate porque puede que te atiborre con sus fotos cuando vuelva ;P
Por qué copywriting para el sector de las bodas.
Hasta ahora no me he parado a contarte por qué decidí especializarme en el sector de las bodas. Aunque puede que en el post de bienvenida del blog ya intuyeras algo, hoy te quiero dar mis motivos.
1# Me apasionan las bodas y todo lo que las rodea.
Desde pequeña es algo que siempre me ha atraído. Me encantaban las pelis de bodas (y lo siguen haciendo por más malas que sean). Me fascina todo lo que rodea a una boda. Descubrir nuevas marcas, conocer a los proveedores en las ferias de bodas y leer blogs de bodas. He de reconocer que tengo una carpeta digital donde guardo recortes y capturas de cosas que me gustan, desde vestidos de novia, flores, decoración, trabajos de wedding planners, tocados, haciendas, joyas…
2# Sé cómo funcionan.
Siempre me he interesado por las bodas de todas las personas que conozco, aunque no hubiera asistido. Cómo la gestionaron, presupuesto, plazos de tiempo para reservar o encargar cada cosa, cómo hicieron para elegir a sus proveedores… En definitiva, me interesan muchísimo todos los entresijos de una boda. Y todo lo que gira en torno a ellas.
Siempre he pensado que tengo alma de wedding planner, jeje.
3# He ayudado a mis amigas en sus bodas.
Por suerte algunas de mis amigas ya se han casado y he podido disfrutar de los preparativos y formar parte de la organización del evento. En mi grupo de amigos me llamaban la wedding planner “extraoficial” y en muchos casos acudían a mí para preguntarme dudas del evento (protocolo, vestimenta, qué regalar, cómo llegar al lugar de la boda…). Y todo hay que decirlo, me ponía igual o más nerviosa que las novias, como si fuera yo la que se casa (no tengo remedio). Alguna que otra lagrimilla de emoción he soltado, para que engañarnos.
4# Soy una potencial novia.
Joven, en edad casadera (esto suena muy antiguo, lo sé), con pareja estable, con trabajo… el día menos pensado tocará dar el siguiente paso. Tic tac, tic tac…
Por eso me identifico tan bien con los novios. Me es muy cómodo y agradable empatizar con ellos, sus necesidades, miedos e incertidumbres.
Me ayuda mucho en mi trabajo ser el potencial cliente de mis clientes. Como me ocurrió con mi clienta y amiga Mónica de Vi&Bi, ella es diseñadora de tocados (si no la conoces te hablo de ella en este post) y me hizo el que llevé a la boda de una de mis mejores amigas. Creo que cuando llegue mi gran día tendré un amplio listado de proveedores entre los que elegir a los que habré ido conociendo gracias a mi trabajo.
Si es que… todo son ventajas, no puedo estar más contenta con mi trabajo 😀
Me encanta lo que hago, la gente maravillosa con la que trabajo, conocer en profundidad todo lo que ocurre en el sector y trabajar duro para superarme cada día y dar lo mejor de mí misma.
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